martes, 23 de julio de 2013

Goslar y las minas de Rammelsberg

Alemania es, con diferencia, el país donde más he viajado. Podría hablar de urbes mucho más importantes y conocidas, como Berlín, Hamburgo o Munich. Pero lo voy a hacer de Goslar, pequeña ciudad (45.000 habitantes) de la Baja Sajonia, a los pies del macizo Harz, alejada de los circuitos turísticos habituales y que me impresionó muchísimo.

Goslar es célebre por las famosas minas de cobre y plata de Rammelsberg, a un kilómetro de la ciudad. En el siglo XI Enrique II estableció en ella la residencia principal del Sacro Imperio Romano-Germánico, hasta el año 1253, atraído precisamente por la riqueza minera de la zona, construyendo el palacio imperial a pies de la misma.



La ciudad se caracteriza por casas gremiales, el ayuntamiento y un gran número de casas de la alta burguesía con entramados de madera tallados artísticamente. Calles estrechas y adoquinadas donde el tiempo parece que se ha detenido. El conjunto cuya constitución actual quedó fijada sobre los siglos XV y XVI está muy bien conservado, en donde la arquitectura románica, gótica, renacentista y barroca conviven en armonía. En 1992 fue incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad entre otras cosas por “constituir el mayor centro minero y metalúrgico y que fue explotado durante el período más largo en Europa central”. El comienzo del fin empezó en el siglo XVI debido a guerras, conflictos sociales y el cambio de titularidad en la explotación minera; esta lenta entrada en la mediocridad la preservó de las guerras mundiales, lo cual ha permitido que se conserve su gran patrimonio prácticamente intacto, tan sólo con las labores de conservación habituales del paso del tiempo.



La mina de Rammelsberg fue explotada hasta el año 1988; en la actualidad se encuentra abierta al público, donde están documentados mil años de historia minera, siendo uno de los museos más grandes de Alemania. Existen varios tours de distinta duración por el interior de la mina, perfectamente acondicionada, muy interesantes. El único hándicap es que ninguna de estas visitas guiadas, a no ser que esto haya cambiado desde el año 2009 y por lo que he consultado en la red parece que no, se hace en español; pero esto no debe echar para atrás, si te defiendes un poco con el inglés, el simple hecho de ver una mina por dentro merece la pena.




En los alrededores de la mina se encuentra la plataforma acuífera del Alto Harz, un ingenioso entramado de pequeñas presas, acequias, galerías y corrientes de agua que era utilizado por los mineros para la obtención de energía; y que es considerado una obra maestra de la ingeniería. En la actualidad existen 22 rutas de senderismo a lo largo de estas acequias, estanques y corrientes de agua con una longitud de unos 112 kilómetros.


Otra recomendación para los amantes del automóvil que se encuentren por la zona, no podéis dejar de visitar museo Volkswagen en Wolfsburg, a 85 kilómetros de Goslar en dirección norte.



Las Minas de Rammelsberg y la ciudad histórica de Goslar fueron incluidas en las lista de Patrimonio de la Humanidad en 1992, con una ampliación en el 2010 para el sistema de gestión hidráulica del Alto Harz.